último derivado directamente del griego. En las bienaventuranzas hay una secuencia natural y lógica, no fueron pronunciadas al azar en este orden. La primera condición para recibir las bendiciones de Dios y disfrutar de la dicha íntima producto de la comunión con Él, arranca en el sendero de la humildad. Bienaventurado, equivale a dichoso, feliz. Esa es la condición propia de quienes son bendecidos por Dios. La misma bienaventuranza está relacionada con la obediencia incondicional a las demandas